CIUDADES
Prince William Sound (Alaska)
La expedición rusa de Vitus Bering de 1741 abrió el área de Prince William Sound al mundo occidental. Los ingleses, españoles y rusos contribuyeron a la exploración y denominación de numerosas bahías e islas. El oro, la madera y la pesca fueron el objetivo de esa exploración y luego explotación, pero el boom económico ha sido, sin duda, el petróleo de Alaska, que encuentra aquí un importante punto de embarque. Los 31.000 km cuadrados de superficie de Prince William Sound están repletos de fiordos glacialmente tallados de más de 300 metros de profundidad, y las montañas exhiben su punto más alto en el Monte. Marcus Baker, de 4370 metros de altura. Las aguas del Sound están protegidas por una serie de islas que proporcionan una barrera contra los movimientos del océano. Un litoral de 5.600 km de largo es la frontera con la selva tropical templada más septentrional del mundo. Doce millones de km cuadrados de bosque son el hogar de especies como la cicuta occidental y la picea blanca de Sitka, algunos de cuyos ejemplares crecen a más de 30 metros de altura. Prince William Sound es una de las zonas de pesca del salmón más ricas del mundo. Cinco criaderos de esos peces añaden ejemplares a las ya abundantes especies, el salmón rojo, el salmón del Pacífico, coho (el salmón de plata), chinook (el salmón de rey), y el salmón “amigo”. Otras pesquerías incluyen el halibut, el bacalao, el pargo y el camarón. En las costas pueden encontrarse abundantes cantidades de almejas y mejillones excelentes para comer. Las aguas más profundas son el hábitat de marsopas, orcas y nutrias, y la primavera trae la reunión de pájaros más grande del mundo al área de la costa. También, millares de gansos de Canadá, los gansos de la nieve, los cisnes y las grullas pasan por el Sound de camino al norte para tener sus crías, y cuándo el salmón surca sus aguas las águilas de cabeza blanca y el oso pardo comparten el espacio de pesca con el hombre.