A poca distancia del corazón mismo del Parque Nacional Bahía Glaciar, de Alaska; del Parque Nacional Kluane, de Canadá, y del Parque Provincial Tatshenshini-Alsek, se encuentra Haines. Es decir, en medio de una geografía privilegiada en materia de belleza salvaje e intacta, con glaciares imponentes, ríos correntosos, praderas llenas de flores y la fauna más variada. En verano el amante de la pesca puede obtener preciosos ejemplares de truchas y salmones, y el deportista practicar montañismo, rafting, canoeing, kayak o jetboat, volar sobre la Bahìa Glaciar y hasta aterrizar en un glaciar. El visitante a quien le gustan las actividades más tranquilas puede pasear en carruaje tirado por caballos, en autobús, o caminar por las hermosas áreas de la región. También observar pájaros y la vida salvaje en los frondosos bosques y, sobre todo, disparar su cámara, porque Haines es un paraíso para los fotógrafos. En invierno toda la región se transforma en un enorme campo de deportes propios de la temporada. Se puede esquiar, pasear en trineo tirado por perros, o en vehículos especiales para la nieve. Otros atractivos no menos interesantes son el Museo Sheldon, el histórico Fuerte Seward, con muestras de la cultura y artes indígenas, y de la historia del lugar. La Fundación Americana Bald Eagle se especializa en taxidermia, preservando el conocimiento de la fauna a través de la práctica de esa especialidad. En las diferentes galerías de la ciudad pueden encontrarse expresiones de Chilkoot y Chilkat Tlingits, axial como de otros artistas locales. Durante todo el año se desarrollan actividades de todo tipo, como festivales de música, una carrera de bicicletas, o la Feria Estatal del Sureste. Todos los servicios necesarios para el confort del visitante están disponibles en Haines, restaurantes, bares, supermercados, galerías comerciales, librerías y tiendas de ropa y de regalos. Sumando a todo esto la amabilidad y cordialidad de la gente, el resultado hace decir a mucha gente que Haines es un lugar soñado.